Luna, mi perrita cocker, sufría constantemente de picazón y un olor desagradable en los oídos. Probé varios productos del mercado, pero todos le irritaban más o solo servían unos días. Un veterinario me recomendó probar Bioline, y sinceramente, no esperaba tanto.

Desde la primera aplicación noté cómo Luna dejaba de rascarse y se mostraba más tranquila. A los tres días, el mal olor desapareció por completo. Me encanta que sea natural, con aceites esenciales, y que no le cause ninguna molestia. Hoy lo uso como parte de su rutina semanal, y sus oídos están más limpios que nunca. ¡No lo cambio por nada!”